Hymiskvida

Hymiskvida

El cantar de Hýmir

1
Con caza un día   se hicieron los dioses;
comían aún   cuando sed sintieron;
echaron ramillas,   la sangre miraron.
de ollas sobrado   vieron a Égir.

2
 Feliz como un niño   estaba aquel ogro, 
parecíase al hijo   de Miskorblindi.
El nacido de Ygg   lo miró con desdén:
"¡Tú de cerveza   hartarás a los ases!"

3
El gran insolente   al gigante enojó;
se supo él pronto   vengar de los dioses:
la olla pidió   al esposo de Sif
"en que haceros pueda   cerveza a todos."

4
Nos dieron con ésa   los dioses gloriosos,
los santos poderes,   por más que buscaron;
pero entonces Tyr   a su amigo le dio,
a Hlórridi sólo,   precioso consejo:

5
"Más allá de Elivágar   al este vive,
al borde del cielo,   Hýmir el sabio;
recia una olla   mi padre tiene,
un caldero espacioso,   una legua de hondo."

6
"¿Nos podremos hacer   con aquella marmita?"
"Sólo si tretas,   amigo, usamos."

7
Donde Égil vivía,   lejos del Ásgard,
hasta allá llegaron   tras dura jornada;
dejaron con él,   a los dos cornifuertes;
a la sala de Hýmir   marcharon luego.

8
Espantosa a su abuela   el hijo encontró;
novecienas cabezas   ella tenía;
pero toda enjoyada,   cerveza la otra,
la clara de cejas,   sirvióle  a su hijo:

9
"¡Oh parientes de ogros!   Debajo de las ollas
os quiero esconder,   a los dos temerarios;
tiene mi amado   con todo el que viene
tamaño el trato   y pronta la ira."

10
Tarde era ya   cuando el ogro maligno,
Hýmir perverso,   volvió de la caza;
al entrar aquel hombre   hielos sonaron,
helado traía   el bosque del rostro.

11
 "¡Alégrate, Hýmir,   y ponte contento!
Ahora a tu sala   el hijo nos vino,
aquel que esperamos   de largos senderos.
Lo acompaña de Hrod   el fiero enemigo,
el que ayuda a los hombres:   Veur se llama.
Mira que al fondo   están de la sala
guardándose allí   con un poste delante."

12
La mirada del ogro   el poste partió
y arriba la viga   quebróse por medio;
ocho calderos   de ella cayeron,
mas uno, el sólido,   entero quedó.

13
Avanzaron entonces;   el viejo gigante
fija mirada   clavó en su enemigo;
poco de bueno   pasó por su mente
al ver en su casa   al martirio de ogresas.

14
Toros entonces,   tres, se apartaron;
los tres el gigante   mandó se cocieran;
de su largo quitaron   lo que era cabeza
y al hoyo a cocer   los echaron pronto.

15
El esposo de Sif   dos bueyes de Hýmir
comióse él antes   de irse a dormir;
parecióle al viejo   compadre de Hrúngnir
que Hlórridi mucho   y de más comía.

16 
"Mañana a la noche   fuerza será
que con algo de pesca   cena apañemos."
Dispuesto a pescar   díjose Veur,
si el torvo gigante   el cebo le daba.  

17
"Ve a mi manada,   si es que te atreves,
y allí, mata-ogros,   búscate el cebo;
seguro que sí   que un buey te lo da,
verás qué fácil,   sacárselo a él."

18
Resuelto el joven   se fue para el bosque,
allá a donde estaba   un buey todo negro:
le arrancó a aquel toro   el tritura-gigantes
el alto solar   de sus ambos cuernos.

19
"Menos contento   pones así
al amo del barco   que estándote quieto."

20
Más el señor   de los machos cabríos
quería alejar   el corcel de rodillos,
mas el hijo de micos   dijo que no,
que más para afuera   él no remaba.

21
Con su anzuelo entonces   Hýmir forzudo
a la vez, él solo,   sacó dos ballenas;
pero atrás en la popa   con mañas Veur,
el hijo de Odín,   preparaba su cuerda.

22
Con cabeza de buey   su anzuelo cebó
el gardián de gentes,   verdugo del monstruo;
el cebo mordió   el que hostiga a los dioses,
aquel que en el fondo   las tierras tiñe.

23
Tor, atrevido,   arriba a la borda
sacó con fuerza   al reptil ponzoñoso;
pegó su martillo   en la peña de pelos
de la hermana gemela,   horrible, del lobo.

24
Crujieron montañas,   rocas saltaron, 
vieja la tierra   entera tembló;
se metió aquel pez   en las aguas luego.

25
Mohíno el ogro   remaba a la vuelta,
largo silencio   Hýmir guardaba;
tirando del remo   el rumbo cambió.

26
"¿Podrás igualarme   en obra de fuerza?
Llévame a casa   las dos ballenas
o saca y amarra   el carnero del mar."

27
Hlórridi entonces   tiró de la proa
y con agua en el fondo,   con cubas y remos,
la jaca marina   encima se aupó;
a la casa llevó   el cebón de las olas
camino cortando   por altas peñas.

28
Porfiado el ogro,   de Tor todavía
las fuerzas retó:   aunque duro remase,
un hombre no era,   dijo, forzudo
si no conseguía   romper su copa.

29
Hlórridi pronto,   lanzando la copa,
un poste con ella   de piedra partió;
la hizo pasar   a través de pilares,
mas lleváronla a Hýmir   y estaba entera.

30
Hermosa entonces   la amante del ogro
consejo le dio,   el que bueno sabía:
"Al cráneo apunta   de Hýmir tragón,
que lo tiene más duro   que todas las copas."

31
Levantóse el señor   de los machos cabríos,
con su fuerza de as   se llenó poderoso:
aguantó en el viejo   el tarugo del yelmo
se rompió la redonda,   la tina del vino.

32
"Pieza valiosa   pierdo en verdad
cuando ya  para siempre    sin copa quedo."
Y el viejo añadió:   "¡Nunca ya más
podré yo beber   calentita cerveza!

33
Veamos ahora   si es que podéis,
probad a sacar   el bajel cervecero."
Tyr dos veces   trató de moverlo,
las dos el caldero   quiero quedó.

34
Lo agarró por su borde   el padre de Modi
y en la sala se hundió   a través del suelo;
se lo echó a la cabeza   el esposo de Sif:
anillas sonaron   dando en talones.

35
Al poco de marcha,   el hijo de Odín
para atrás una vez   volvió la mirada:
de los riscos del este   vio que con Hýmir
salían tras él   los de muchas cabezas.

36
Se bajó de los hombros   la olla entonces
y el Mióllnir alzó   contra el clan sanguinario:
a los monstruos del yermo,   a todos, mató.

37
Al poco de marcha,   un macho cabrío
echósele a Hlórridi,   allá medio muerto:
rota la pata   la jaca tenia
y aquello lo hizo   Loki malvado.

38
Escuchado tenéis   -o cuéntelo bien
aquel que mejor   de los dioses sepa-
lo que él recibió   del ogro del yermo,
que diole sus hijos,   los dos, en pago.

39
Con todos los dioses   él regresó
llevándoles, fuerte,   la olla de Hýmir.
¡Bien beberán   los ases ahora
la cerveza que Égir   hará cada otoño!

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